Recientemente, en el suplemento de Ciencia y Ecología del diario El Mundo, apareció un artículo con el siguiente titular:
«La caspa y las células de la piel influyen en el cambio climático»
Les aconsejo que lo lean, no tiene desperdicio. Seguidamente paso a comentar unos párrafos:
«Según Jaenicke, las partículas celulares funcionan como núcleos de condensación de las nubes y el hielo, un proceso éste último necesario en la mayoría de las partes del mundo para que se inicien las precipitaciones.
Dado que el material de la caspa lo forman partículas celulares, también éste influye en estos procesos de condensación de precipitaciones y por tanto en el clima.»
Habrá que recomendar un buen champú a los del norte de España, pues este invierno ha sido tremendamente frío y con abundancia de nieve. Digo más, rizando el rizo, ¿no tendrá influencia climática la televisión casposa de que disfrutamos en este país?
«Otro de los aspectos investigados por este equipo de científicos se refiere a las partículas celulares y su relación con las alergias en las ciudades.
Desde hace décadas se estudia este problema de salud pero hasta el momento la investigación se había centrado en materiales como el polen o las bacterias y no tanto en los fragmentos celulares, que también podrían influir en las alergias, como se ha comprobado ahora.»
Ahora comprendo el porqué no puedo asistir a ningún mitin o pasar por delante de las sedes del PP, PSOE e IU. No es tontería, comienzo a estornudar de una manera exagerada. Le voy a pedir al médico que me recete un antihistamínico, puesto que, pedirles que desaparezcan por prescripción facultativa, será imposible. Quizá, si se convierte en un problema de salud pública, tendrían que planteárselo.