En vísperas del comité federal del PSOE, hay concentración de personas delante de la sede de Ferraz coreando y reclamando lo que desde una gestora de tintes autoritarios les niegan y es la expresión lícita de sus opiniones. Voz de militantes y votantes ignorada por una élite política conservadora.
Se difunde a través de los medios de comunicación que ahora se trata de decidir entre terceras elecciones o abstención y es un dilema completamente artificial y falso. Después del golpe de estado del sargento superchusquero o los diecisiete Judas, que acabó con cualquier opción de gobierno alternativo al partido popular, las dos opciones posibles son terceras elecciones o investir a Rajoy. Recordaré el famoso refrán que dice aunque la mona se vista de seda, mona se queda.
Asumido que volverá a gobernar un partido responsable de los mayores recortes sociolaborales y tropelías presupuestarias de la historia democrática española, tendrán que decidir cómo se culmina la traición. Hay variadas formas, la primera es una abstención en bloque, esgrimiendo la disciplina de partido, otra, la ausencia de los diputados necesarios a la hora de realizar la votación y la tercera que once o más diputados se abstengan.
Si es cierto lo afirmado por la tradición y el partido popular de quién la hace la paga, que den la cara once o más de los diputados que han volado cual dinamiteros la democracia directa en el partido socialista. Lo que ocurre es que no nadie quiere quedar señalado, es mejor tirar la piedra y esconder la mano.