Tanto la prensa como la radio y televisión han difundido la noticia de la aparición de un excremento de lince en las proximidades de la carretera de los pantanos (M-501).
En este artículo no hablaré sobre los intereses económicos que existen, ni sobre las razones de la construcción de dicho desdoblamiento, pero sí diré que en todo ello hay algo que huele mal y comentaré las declaraciones realizadas, al respecto, por los gobernantes de la Comunidad de Madrid.
Permítaseme, en primer lugar, realizar una breve introducción.
En un principio todas aquellas personas vinculadas a la nobleza, la Sra. Aguirre es una de ellas, eran consideradas de sangre azul. Ese hecho distintivo, con el trancurrir de los tiempos y el avance de la ciencia demostrose falso, pero, a la búsqueda de hechos diferenciadores, al contrario que a la plebe, que nos salen granos, parece que a la nobleza le salen cacas.
La cuestión no es baladí, pues la ministra de medio ambiente, Cristina Narbona ha querido tomar parte en el asunto, solicitando una paralización de las obras, pero a pesar de la importancia alcanzada por el trozo de mierda, y de los informes en contra tanto del CSIC como del profesor Virgós y otros, se ve que la nobleza ha hecho caso omiso de dicha solicitud.
En toda guía que se precie, al igual que en las de aves es importante conocer tanto la silueta como el canto para lograr una identificación positiva de un ejemplar de una especie, en las de mamíferos deberán figurar la huella, la cagarruta y los rastros dejados en la corteza de los árboles a consecuencia de las prácticas de rascado, etc. Si, adicionalmente, se realizan análisis de ADN, la prueba es irrefutable, como así lo reconoce la parte promotora de las obras.
Establecido, de forma indiscutible, el origen, debe invalidarse la prueba. La única opción posible es el proceso de aparición de la misma.
Según declaraciones de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, indica «que unos excrementos hayan aparecido no quiere decir que los haya traído el lince». Asumiendo este hecho surgen muchas incógnitas: ¿hubo intervención extraterrestre en el traslado?. ¿Habrá sido un allegado a Zapatero?, ¿hay un topo en el PP?. ¿Han utilizado el AVE?, ¿coche particular?. Ante este cúmulo de dudas, creo que debería crearse una comisión de investigación parlamentaria.
Si hacemos caso a las declaraciones efectuadas por el Vicepresidente Primero, el Sr. González, en las cuales siembra la duda, insinuando que a tres días vista es cuando aparece la manida mierda, sólo puedo responderle:
- El lince, por lo taimado y avieso, debe ser un zorro, muy versado y seguidor de los acontecimientos políticos de la comunidad en la que vive. Un ciudadano de segunda, sin derechos, ultrajado y con una orden de desahucio inminente.
- ¡Será guarro el lince! Mira que cagar sin el permiso de la Presidenta de la Comunidad de Madrid. ¡Cómo se le ocurre!
No contento con ello, el Sr. Zabía, Consejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio menciona que dicho desdoblamiento será un beneficio palpable para toda la fauna de los alrededores, incluído el lince. Me imagino que la nueva subespecie Lynx pardinus urbanitas se desenvuelve mejor sobre asfalto (para acercarse a más velocidad a sus presas) y entre chalés y urbanizaciones. Además, mejor alimentación que aquella dispuesta en los cubos de basura no hay: desde patatas fritas de bolsa a tarta de manzana de obrador.
Ante tan magno atropello conviene movilizar a la sociedad, en concreto a la intelectualidad y que se prodiguen en la realización de películas y documentales. Como muestra, un botón, pues muchas veces disponer de un título es casi media novela, película o guión, les sugeriría: Todo por la caca. La caca tenía un precio. Por un puñado de cacas. Con cacas y a lo loco. ¿Que he hecho yo para merecer caca?. Toma la caca y corre.
Ya puestos en el tema escatológico es importante destacar que en el género canis (cánidos) está muy extendida la práctica olfatoria del tramo terminal del aparato digestivo. Este hecho les aporta información valiosísima sobre el estado anímico y físico del congénere.
Dada la existencia, sobre todo en política, de la figura del lameculos, ¿no sería este comportamiento una evolución de aquel ancestral mostrado por nuestros antepasados?
Recientemente se ha hecho una tesis doctoral sobre los Simpson, animo a que algunos ilustrados realicen otra sobre la cagarruta.
A este respecto y como invitación a su desarrollo diré: teniendo en cuenta lo ocurrido en otras ramas del saber conviene realizar una clasificación o dicho de otro modo establecer una taxonomía de las mismas.
Como esbozo de esa primigenia clasificación podríamos establecer un tipo: cagarruta, con dos clases: pública y privada. Dentro de las públicas que son las más extensas, las subdividiríamos en varias subclases: executiva, legislativa, iudiciali, administrativa, monarca, militari y eclesiastica.
Tomando en particular la subclase administrativa distinguiríamos un par de órdenes: funcionarial y laboral, que se denominarían según nivel o grupo del sujeto. Las familias dentro de ambos variarían según la endogamia.
Por último, como ejemplos de géneros típicos citaré:
- En la subclase eclesiástica el meapila que se caracteriza por deposiciones poco voluminosas, cuasi esféricas y dispuestas en forma de rosario.
- De la sublase legislativa citaremos al género diputati caracterizado por realizar deposiciones en grupo (varios miembros) de consistencia pastosa y muy adherentes, variando dichos montones en forma y color según la especie de que se trate. En algunos casos aparecen contaminados con heces de otros géneros en una cuantía no inferior al tres por ciento.
- En la subclase militari distinguiríamos a milicia. Suele deponer con heces escasas y duras (uno o dos ejemplares) de color caqui, forma muy oblonga y dispuestas en vertical, cual mojón en la carretera.