A propósito de la sentencia rectificar es de sabios, se me ocurren diferentes asuntos de máximo interés a los cuales no es posible aplicarla.
El primero de ellos está relacionado con la justicia, supuestamente, ante una sentencia considerada injusta, el acusado dispone de la opción de recurrir a un tribunal superior y que su reclamación o queja sea admitida. En caso de resolverse de forma contraria a lo establecido en sentencia previa, a lo sumo puede interpretarse como una corrección de lo dictado anteriormente. Queda descartada, por tanto, la rectificación y podríamos deducir de ello que el juez primigenio no es sabio, es juez.
Ahora bien, supongamos casos similares en el que aplicando los mismos principios legales, la misma ley, pero bajo la interpretación de distintos jueces, se dictan sentencias bien diferentes. Alguien podría esgrimir que la libre interpretación de la ley por parte del magistrado es potestad reconocida y que ello no conlleva que la justicia sea diferente. Pero, a mi juicio, lo más importante es analizar que ocurre con la ley para que se permitan sentencias tan alejadas o siendo benévolo uno se pregunta: ¿han estudiado la misma carrera?
Simplemente, para terminar me gustaría indicarles un artículo de prensa aparecido en El País sobre una sentencia judicial que motivó esta reflexión personal.