A tenor de las recientes declaraciones del presunto defraudador Cristiano Ronaldo, en las que se queja de que es su brillo lo que provoca envidia en los demás y que por eso le procesan, basta con decirle tres cosas, además de la indicada en el título del artículo:
- La ignorancia de la ley no exime de su cumplimiento.
- ¿Puede verse en el espejo?, quizá no sea por exceso de brillo, más bien porque es un presunto vampiro?
- De Cristiano es compartir, de Ronaldo es ser gobernante glorioso, ¿al estilo Mariano?