¿Democracia es votar?

Hay dos artículos periodísticos del diario Público, que me invitaron a escribir esta nueva entrada. El primero, escrito por Vicenç Navarro y el segundo, por Ana Pardo de Vera.

Ambos contemplan la inmediata realidad catalana y española en mayor o menor profundidad y abordando diversos aspectos. Y, reflexionando sobre dicha situación surgen ciertas cuestiones al respecto:

  • Confundir el todo con las partes. A tenor de la pregunta que figura en la papeleta, suponer que todos los catalanes son capitalistas, soberanistas y republicanos es mucho suponer. Habrá de todo como en botica, distintos pensamientos y posiciones, combinables o no. Lo que sí parece claro es que, según las encuestas, existe una gran mayoría que desea expresarse votando, aunque la pregunta tiene sus matices, que desarrollaré en otro punto. De otra parte pensar que un 48,7% de los votos fueron independentistas frente a lo opuesto que serían españolistas, también es mucho suponer, pues no se estaba votando independencia, eran elecciones al parlamento catalán.
  • El fin justifica las alianzas. No comprendo que el objetivo: la secesión o independencia (según el emisor) pueda configurar alianzas tan dispares como la ocurrida en Cataluña y desde una óptica de izquierdas, no desde la neoCDC o PdeCat. Aunque en cierto modo es plausible, baste recordar algunos trasvases sonados y bidireccionales de políticos  CDC-ERC. Como indica Navarro, parece que conseguir el desgaje de España, es la panacea para Cataluña y los recortes sociales y política desarrollada es plenamente de izquierdas.
  • Democracia es votar. Retomando la pregunta que figurará en la papeleta, se vota con frase copulativa y, puestos a ello, ¿por una república socialista catalana? Parecería más lógico votar por una independencia de España y ya se decidiría en la siguiente fase constitucional si se opta por república o monarquía o pujolarquía. A este respecto puedo comentar que durante la Dictadura Franquista también se votó y existía una especie de parlamento (cortes castellanas). Igualar votar y democracia no es correcto. Es cierto que no es prescindible el voto en una Democracia, pero conlleva otros principios adicionales y unas cualidades del voto: quién vota (sexo, edad, raza o condición), valor del voto, como se vota, etc. Cómo indicacaba anteriormente, sí parece haber una mayoría popular catalana que necesita expresarse mediante el voto, aunque hago ciertas observaciones:
  1. ¿Se vota en caliente? Con una sociedad dividida y atribulada emocionalmente.
  2. ¿Se vota libremente? Con unos medios de comunicación controlados, con presiones de los diferentes gobernantes sobre los elementos más débiles. Se insta a los alcaldes, funcionarios, etc. a que lo permitan y se les presiona de otra a que ni caso. Que se peguen los incitadores en espacio público y no maten al mensajero o intermediario. Un juego de capos, en el que siempre pierden los mismos. Sabe el votante qué se juego con una u otra opción, ¿lo saben los políticos de ambos frentes?
  3. ¿Se vota lo suficiente? Todos los partidos políticos que ejercieron el poder confeccionaron programas políticos que no cumplieron y en algunos casos de forma flagrante o aquello que no fue contemplado y de relevancia social y política ni siquiera lo consultaron, hocieron lo que les pareció oportuno sin referéndum ¿y eso es democracia?

Para concluir, sin resultar excesivamente denso, esta situación no surgió por generación espontánea o traída por enemigos externos con el fin de crear inestabilidad en España. Viene de largo y entre otras causas es un juego político perverso, recaudador de votos por la vía emocional, una exculpación de los males de unos sobre los otros (los otros como causa de los males propios, ¿suena a viejo verdad?), y ejemplificado en dos frases: España nos roba vs Pujol enano habla castellano y otros eslóganes de igual calibre racional y ético-político.